Elementos del sistema de vigilancia e inteligencia

En un sistema de vigilancia e inteligencia, entendido como el conjunto de medios y recursos mediante los cuales la organización lleva a cabo las tareas de vigilancia e inteligencia, se diferencian cuatro ejes o tipos de vigilancia, correspondientes a cada área susceptible de ser observada:

Estos tipos de vigilancia tecnológica implican en cada caso: 

• Vigilancia de los competidores: versa sobre la observación directa y sistemática de las acciones de los competidores actuales y potenciales.
• Vigilancia tecnológica: centrada en el entorno científico y tecnológico. 
• Vigilancia regulatoria: prestar atención al marco regulatorio en el que se opera. 
• Vigilancia Comercial: datos de clientes, proveedores, en lo que se refiere a actitudes y perspectivas de comportamiento futuro en el mercado.

La vigilancia que debe practicar cada organización ha de ser una combinación, particular y adaptada a sus necesidades, de todas las vigilancias, puesto que dependerá de la estrategia de la organización y la dinámica del entorno competitivo. De aquí, la recurrencia tradicional al modelo de análisis estratégico de Porter sobre las 5 fuerzas competitivas (competidores potenciales, proveedores, clientes y productos sustitutivos). 

El despliegue de la estrategia:
Para comenzar a idear un sistema de VT-IC en la organización el primer paso consiste en el despliegue de la estrategia. 

Para evitar perder el foco del proceso y combatir los riesgos asociados a la sobreinformación o infoxicación, es fundamental priorizar los retos y acometer la ejecución del Sistema de Vigilancia Tecnológica e Inteligencia Competitiva dedicando más esfuerzos a las tareas que más valor aportan a la organización desde el punto de vista estratégico.

Así, el proceso despliegue de la estrategia conlleva las siguientes fases, que nos ayudarán a identificar los aspectos clave que el sistema de vigilancia e inteligencia debe monitorizar: 

1. Estrategia.
2. Retos y subretos.
3. Decisiones.
4. Preguntas clave.

Para llevarlo a la práctica, se propone la configuración de equipos de trabajo auto-organizados para ejecutar las tareas del proceso de la Vigilancia Tecnológica e Inteligencia Competitiva.

Una vez desagregada la estrategia en retos y subretos, se identifican las preguntas clave (que en siguientes lecciones profundizaremos al tratar los Factores Críticos de Vigilancia). Éstas son cuestiones variables, externas a la organización y que cambian con el tiempo, implicando consecuencias para la estrategia de la organización. Posteriormente, estas preguntas se relacionan con fuentes de información para que a través de su explotación podamos responder a las preguntas. Tras el filtrado, se analizan las informaciones localizadas usando foros y wikis para el debate y la construcción de conclusiones compartidas. En este momento el equipo puede proponer ideas en base a los resultados obtenidos en el análisis del subreto.

Sumando y evaluando todas las propuestas realizadas a los subretos planteados, se consigue una batería de proyectos que refuerzan la estrategia de la organización y son compatibles con el entorno competitivo. También es posible que el análisis del entorno dé lugar a propuestas que corrigen la estrategia inicial, si se contrasta que la estrategia se basa en premisas que no son ciertas.

En el siguiente gráfico se puede observar de una manera más clara esta ejecución:

Como veremos en lecciones posteriores, el proceso de Vigilancia Tecnológica e Inteligencia Competitiva se conoce como Ciclo de Vigilancia Tecnológica y se plantea como un proceso circular en el que se cuestiona constantemente la estrategia con el objetivo de evaluar la posición o lo adecuado de la misma al entorno competitivo. 

Para más información visita: 

• Juan Carlos Vergara (2013). La estrategia en los Sistemas de Vigilancia Tecnológica e  Inteligencia Competitiva. I Congreso Internacional de RedUE-ALCUE, Santiago de Chile: ver